El pasado domingo 14 de julio, un trágico accidente sacudió a los visitantes y residentes de Atlixco, Puebla. Un niño de tan solo tres años cayó del mirador de cristal, una de las principales atracciones turísticas del Pueblo Mágico, debido a una presunta negligencia por parte de sus padres.
El mirador, conocido por ofrecer impresionantes vistas desde una altura de 50 metros, se convirtió en el escenario de un suceso que despertó la indignación y el horror de quienes se encontraban en el lugar. Según los testigos, la madre del menor estaba distraída, conviviendo con otras personas y dejando al pequeño sin la debida supervisión. El niño, jugando en la zona límite del puente de cristal, cayó inesperadamente a una zona cercana al mirador.
La escena fue caótica. Los ciudadanos presentes alertaron de inmediato a los servicios de emergencia y trataron de consolar a la madre desesperada, quien pedía ayuda a gritos. Elementos de Bomberos de Atlixco llegaron rápidamente al lugar y realizaron las maniobras de rescate del menor. Afortunadamente, el niño fue encontrado con vida.
Paramédicos en el sitio proporcionaron los primeros auxilios y trasladaron al pequeño de urgencia al Hospital General de Atlixco. A pesar de las serias lesiones en la cabeza, los médicos informaron que su estado de salud es estable y confían en una recuperación completa, gracias a la rápida intervención de los equipos de emergencia.
Este incidente resalta la importancia de la supervisión constante de los menores, especialmente en lugares de alto riesgo. Las atracciones turísticas como el mirador de cristal, aunque seguras cuando se usan correctamente, pueden convertirse en trampas mortales si no se toman las precauciones necesarias.
La comunidad de Atlixco y los visitantes del mirador deben reflexionar sobre este desafortunado evento. La seguridad y el bienestar de los más pequeños dependen de la vigilancia y el cuidado de los adultos responsables. Este trágico accidente, que afortunadamente no terminó en fatalidad, debe servir como un recordatorio contundente de la necesidad de estar siempre atentos y conscientes del entorno cuando se está en lugares públicos y de riesgo.