Ricardo Arizmendi, candidato suplente a la Alcaldía de Cuautla, Morelos, fue asesinado a balazos este martes en una plaza comercial donde lideraba a los comerciantes. Arizmendi formaba parte de la coalición integrada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD).
Según informes de la policía y testigos, hombres armados a bordo de una motocicleta llegaron hasta el local de abarrotes de Arizmendi, y uno de ellos le disparó a quemarropa, causándole la muerte en el lugar. La mesa de coordinación estatal para la construcción de la paz de Morelos condenó el atentado en un comunicado.
Tras el incidente, la Comisión Estatal de Seguridad Pública (CES) implementó un operativo para localizar a los responsables a través del Mando Coordinado Policía Morelos. La CES informó que Arizmendi «no contaba con antecedentes de incidentes en materia de seguridad, ni solicitud de medidas de protección».
Violencia contra candidatos
La violencia contra candidatos en México ha aumentado considerablemente. Hace una semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que más de 500 candidatos reciben protección federal debido al riesgo de violencia, con unos 3.000 agentes asignados a su custodia.
El proceso electoral mexicano ha sido marcado por la violencia, con 15 aspirantes asesinados según datos del Gobierno. Sin embargo, la organización Data Cívica reportó 30 asesinatos y la consultora DataInt contabiliza 38 candidatos y más de 150 personas relacionadas con los comicios, incluyendo asesores, familiares y funcionarios.
La seguridad se ha convertido en una preocupación creciente a semanas de las elecciones más grandes en la historia de México, programadas para el 2 de junio, donde 98 millones de electores están convocados a renovar más de 20.000 cargos, incluyendo la Presidencia, 500 diputados, 128 senadores y nueve gobiernos estatales.