En un contexto de transición y cambio, José Manuel Urreta Ortega, presidente de la Asociación Nacional de Consejos Empresariales Regionales (ANCER), destacó la necesidad de que el nuevo gobierno implemente un programa definido para la industria y más cercano a la iniciativa privada.
Uno de los desafíos que enfrenta la administración entrante es la cuestión fiscal. Urreta Ortega consideró que no se deberían incrementar los impuestos a los contribuyentes habituales, aunque reconoció la dificultad de ampliar la base gravable a los trabajadores informales o de establecer un impuesto generalizado al consumo. Ante la necesidad de más recursos para continuar con los programas de asistencia social, la solución propuesta es fortalecer el mercado interno y apoyar a los empresarios, quienes son los principales generadores de empleo y riqueza en el país.
La comunidad empresarial está a la espera de los detalles del Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Nacional de Infraestructura. Estos documentos serán cruciales para entender la dirección que tomará el nuevo gobierno y su compromiso con el crecimiento y desarrollo económico.
Otro punto de incertidumbre es la futura dirección del Banco de México, tras la salida de Irene Espinosa como subgobernadora. La designación de su sucesor es un tema de gran relevancia, ya que determinará si la institución mantendrá su independencia o se alineará más estrechamente con el gobierno. Esta decisión es vital para proporcionar certidumbre al mercado y garantizar la estabilidad económica.
“Hay que ver quién va a ser el nuevo titular de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, ya que el tema energético es fundamental y son indicativos que van a permitir ver hacia dónde irá el Gobierno. También revisaremos con la futura presidenta, en enero, un programa definido para la industria. Cual será el plan que permitirá invertir en México en tema de nearshoring”.
El nuevo gobierno tiene ante sí el reto de delinear una estrategia clara y coherente para la industria, que promueva el crecimiento económico sin aumentar la carga fiscal sobre los contribuyentes tradicionales. Al mismo tiempo, debe garantizar la independencia de instituciones clave como el Banco de México para mantener la confianza de los mercados. La colaboración con la iniciativa privada y el fortalecimiento del mercado interno se perfilan como los pilares fundamentales para alcanzar estos objetivos.
“Se tendrá que esperar el planteamiento del Plan Nacional de Desarrollo y el Programa Nacional de Infraestructura, ya que permitirá ver de manera clara la tendencia del Gobierno. Falta ver quien sustituirá a Irene Espinosa, como subgobernadora del Banco de México.
Para saber si será afín al gobierno o tendrá total independencia para manejar Banxico, porque eso da certidumbre al mercado”.
Confió en que no se tomen decisiones basadas en ideologías porque generaría reacciones inmediatas de los mercados internacionales, lo que no conviene a México porque impactaría en los ingresos. Sin embargo, algunos indicativos señalan que el nuevo gobierno, que encabezará Claudia Sheinbaum Pardo, será cercano a la iniciativa privada.