Este 16 de enero nos despedimos de una figura colosal en la literatura mexicana, José Agustín Ramírez Gómez, narrador, ensayista y dramaturgo, cuyo legado ha dejado una huella imborrable en la «literatura de la onda». Este término, acuñado por la académica Margo Glantz, encapsula el espíritu innovador y desinhibido que caracteriza la obra de este maestro de la pluma.
Nacido el 19 de agosto de 1944 en Acapulco, Guerrero, José Agustín se autodenominaba «un viejo con espíritu rebelde». Su fallecimiento a los 79 años deja un vacío en la escena literaria, pero su obra perdura como un testimonio vibrante de la riqueza cultural de México.
A lo largo de su carrera, José Agustín desafiaba las convenciones literarias, adoptando un lenguaje moderno, coloquial y sin censura. Este enfoque audaz lo catapultó como uno de los escritores más renovadores de la narrativa mexicana en los tumultuosos años 60. Su contribución a la «Literatura de la Onda» -término también atribuido por Enrique Marroquín como «Jipitecas»- se consolida como un capítulo crucial en la historia literaria del país.
En 2011, al recibir el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura, José Agustín reflexionó sobre su trayectoria, destacando la persistencia que lo llevó desde sus inicios, cuando publicó su primera novela a los 19 años, hasta el reconocimiento tardío pero merecido que recibió en años posteriores.
Este escritor multifacético no se limitó a la novela; incursionó en el ensayo, la autobiografía, el teatro y el guión para cine. Su influencia se extendió a diversas formas de expresión artística, convirtiéndolo en un verdadero icono de la contracultura. La generación de escritores que compartió con Parménides García Saldaña, Gustavo Sáinz y René Avilés Fabila, todos influenciados por figuras como Allen Ginsberg y Hunter S. Thompson, marcó una era literaria vibrante.
José Agustín, más que un escritor, fue un hombre de muchas facetas: jungiano, estudioso del Iching, amante de la comida y los placeres. Su vida estuvo marcada por anécdotas, como la caída tras una presentación en Puebla en 2009, que lo sumió en un silencio creativo.
Hoy nos despedimos de un gigante literario, pero su legado resuena en cada página que escribió, en cada palabra que desafió convenciones y en la rebeldía que caracterizó su espíritu.
José Agustín, el narrador, ensayista y dramaturgo murió a los 79 años, debido a varios problemas de salud, luego de varios días de ser reportado con pronóstico “reservado” por su hijo, el artista visual José Agustín Ramírez, quien incluso publicó fotos donde un sacerdote amigo del escritor habría acudido a darle la extremaunción.
Andrés Ramírez, hijo y editor del escritor, confirmó la lamentable noticia mediante un comunicado oficial.
“Con profunda tristeza comunicamos el fallecimiento de José Agustín: esposo, padre, hermano, abuelo y escritor devoto de la literatura y la música, así como de sus lectores de cualquier edad”
Nacido el 19 de agosto de 1944 en Acapulco, Guerrero, José Agustín aseguraba ser «Un viejo con espíritu rebelde». En 2011, a propósito de la recepción del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011, en el área de Lingüística y Literatura, el autor de “De perfil”, “Se está haciendo tarde”, “El rock de la cárcel”, “Inventando que sueño” y “Tragicomedia mexicana.
La literatura del escritor, nacido el 19 de agosto de 1944 en Acapulco, Guerrero, estaba dotada de un lenguaje moderno, coloquial y sin censura, que causaba gran admiración.
“Tardé muchos años en que me consideraran; durante mucho tiempo me veían como el escritor vulgar y jodido, pero yo seguí escribiendo, no había bronca, pero últimamente me ha ido increíblemente bien, los dos últimos años han sido pletóricos de homenajes y de festejos que me hacen”, contó entonces.
Formó parte de una generación de escritores entre los que estaban Parménides García Saldaña, Gustavo Sáinz y René Avilés Fabila, que debían su influencia a Allen Ginsberg, William S. Burroughs y Hunter S. Thompson.
Fue autor de una obra extensa y un escritor de la contracultura, ejerció la prosa, el ensayo, la autobiografía, el teatro y el guión para cine; fue colaborador de revistas y diarios, hizo radio y televisión, fue profesor invitado por universidades de prestigio a dar cursos sobre literatura.
En 2009, tras una presentación en Puebla, los jóvenes lectores subieron al templete a pedirle autógrafos, fue tal la presión que José Agustín sufrió una caída de tres metros, se rompió el cráneo y dos costillas, permaneció dos meses y medio en el hospital; el accidente lo paralizó un año y fue determinante para sus últimos años de vida y lo sumió en un silencio creativo.
El autor de “Ciudades desiertas”, “Cerca del fuego”, “La contracultura en México” y “Dos horas de sol”, estudió Letras Clásicas en la UNAM, dirección en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, composición dramática en el INBAL y participó en el taller literario de Juan José Arreola.
Fue traductor de “Cabot Wright comienza”, de James Purdy (con Juan Tovar), publicado por Joaquín Mortiz, en 1969; de “Alucinógenos y cultura”, de Peter T. Furst, FCE, 1981; “Paraíso infernal”, de Ronald G. Walker, FCE, 1982; “El don del águila”, de Carlos Castaneda y “El viejo y el mar”, de Ernest Hemingway, EMU, 1986.
Lee también: Guardia Nacional saldrá del Centro Cultural Acapulco, afirma Frausto
Dirigió el largometraje “Ya sé quién eres/Te he estado observando” y actuó en la película “De veras me atrapaste”, dirigida por Gerardo Pardo. En 1976 adaptó para cine “El apando”, de José Revueltas, bajo la dirección de Felipe Cazals, y un año después “La viuda de Montiel”, de Gabriel García Márquez, dirigida por Miguel Littin.
Fue amigo de muchos escritores y gente de cine, entre ellos Angélica María, Gabriel García Márquez, Alejandro Jodorowsky, Juan Tovar, Jorge Fons; se casó por unos meses con Margarita Dalton para poder ir a Cuba a alfabetizar gente; pero en realidad su vida la pasó con su esposa Margarita Bermúdez, con quien estuvo casado más de 55 años y con quien tuvo tres hijos: Andrés, quien es editor y escritor; Jesús, quien es neurólogo y escritor; y José Agustín, artista y escritor.