Los habitantes del fraccionamiento La Tampiquera se unieron en defensa de una de sus preciadas áreas verdes, después de descubrir que un particular intentaba apropiarse del terreno para realizar una construcción privada.
El incidente ocurrió este martes en las inmediaciones de la cancha y parque ubicados en la calle Pescadores, entre Minatitlán y Catemaco. Los colonos notaron la presencia de un grupo de personas que comenzaban a delimitar el terreno con polines. Alarmados, salieron de inmediato a cuestionar las intenciones de los intrusos.
Según los testigos, los recién llegados, que incluían a un presunto propietario, un notario, un abogado y varios obreros, afirmaron que estaban allí para marcar los límites de su nueva propiedad, la cual supuestamente había sido comprada el año pasado.
“Dijeron que alguien les vendió el terreno y que, aunque se dieron cuenta que es un parque, deben respetar la compra. Es inconcebible que alguien compre un terreno sin verlo primero, y ahora quiere que creamos que no sabía que era un parque. Es una mentira flagrante.»
Los vecinos también señalaron que ninguno de los supuestos nuevos dueños quiso identificarse adecuadamente.
Históricamente, la cuadra en cuestión fue donada hace 60 años a los residentes del fraccionamiento, quienes la utilizaron para construir la iglesia de San Judas, su atrio, una escuela, el parque y la cancha.
“La ley establece que una donación solo puede revertirse en casos de ingratitud y mediante un procedimiento formal, no simplemente dividiendo y vendiendo partes del terreno donado,» subrayó Carrillo Acosta.
Cuando los vecinos confrontaron al grupo de personas, estos insistieron en que tenían la propiedad y los permisos del ayuntamiento de Boca del Río. Sin embargo, no pudieron continuar con su trabajo debido a la resistencia de los colonos. En su intento de colocar uno de los polines, incluso dañaron el pavimento y un cable de energía eléctrica, lo que obligó a los vecinos a llamar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la reparación.
Finalmente, el presunto dueño y sus acompañantes se retiraron del lugar, no sin antes amenazar a los vecinos con denunciarlos por despojo. Ante esta amenaza, los residentes dejaron claro que permanecerán vigilantes para impedir cualquier intento de apropiación ilegal.